Un
desdibujado Junior igualó anoche 0-0 ante Equidad y dijo prácticamente
adiós a la Liga Postobón I. Matemáticamente aún tiene vida (hoy puede
quedar eliminado, dependiendo de algunos resultados), pero
futbolísticamente está muerto desde hace mucho tiempo.
Lo
de ayer fue más de lo mismo. Un conjunto sin identidad, sin fútbol,
inofensivo en ataque y lleno de dudas en defensa. Equidad, con muy poco
adelante, desnudaba las falencias de la zaga rojiblanca. Ese, quizá, es
el resumen de un partido poco atractivo, que intentaba reaccionar por
momentos y que concluyó con un triste y justo empate.
Primer
tiempo. La propuesta rojiblanca consistía en darle movimiento a la
pelota y explotar las bandas gracias a la velocidad de jugadores como
Vladimir Hernández, Dayro Moreno y Édinson Toloza. Equidad, por su
parte, se mantenía ordenado en su campo. Con paciencia esperó el
accionar del rival y profundizó en momentos claves, generando peligro en
los previos del arquero Sebastián Viera. Ante la poca efectividad
tiburona en los primeros 10 minutos, fue Equidad quien se atrevió a
merodear el área local.
La
primera opción llegó a través de un pelotazo largo de José Moreno para
Fredy Hinestroza, el volante asegurador bajó la pelota dentro del área y
sacó un derechazo que exigió al arquero Sebastián Viera. La visita
ponía en evidencia a la sensible defensa rojiblanca. Al minuto 15,
Wilson Morelos, de media distancia, volvió a probar suerte, pero su
disparo pasó por encima del horizontal.
Junior
reaccionó y tuvo en los pies de Édinson Toloza la apertura del
marcador. El delantero nariñense, en posición de gol, recibió un pase
preciso dentro del área, pero su remate lo atajó el arquero Diego Novoa.
Tres minutos más tarde, Dayro Moreno se inventó un disparo desde tres
cuartos de cancha que por poco sorprende a Novoa.
Con
el pasar de los minutos el partido fue perdiendo emoción. Ambos equipos
hacían lento el accionar del compromiso con un fútbol inofensivo.
Vladimir Hernández, con su velocidad, era el único que intentaba brindar
algo diferente, pero fue controlado con facilidad por la férrea defensa
aseguradora. El equipo de Néstor Otero, fiel a su estilo, armó un
bloque compacto en su área, neutralizando cualquier avance del local.
A
8 minutos del final, las emociones volvieron al gramado del
Metropolitano. Primero a través de un tiro libre ejecutado por Fredy
Hinestroza, que obligó a una estirada espectacular del arquero Sebastián
Viera. Luego, al minuto 38, Iván Rivas aprovechó un centro preciso al
corazón del área para sacar un cabezazo certero, pero Viera volvió a
ahogar el grito de gol visitante.
La
primera etapa se cerró con una llegada clara de Junior. Nuevamente
Toloza, el más inquieto en ataque, recibió un pase por sector izquierdo,
avanzó unos metros y solo, frente al arquero, sacó un disparó que se
estrelló en la humanidad de Diego Novoa.
Segundo
tiempo. El inicio de la etapa complementaria nos mostró un partido de
ida y vuelta, pero escaso en claridad ofensiva. Junior careció de ideas.
Ni Vladimir Hernández ni Edwin Cardona tuvieron la claridad para
generarle fútbol al equipo. Adelante, Dayro Moreno era el único que
intentaba generar peligro, pero siempre fue controlado por la defensa
aseguradora.
Al
minuto 20, el delantero tolimense recogió un rebote dentro del área,
pero su disparo, con el arquero vencido, besó el vertical.
Los bostezos se apoderaron de una hinchada inquieta e impotente ante tan pobre espectáculo. Al minuto 83, Junior tuvo la oportunidad de llevarse el compromiso, pero nuevamente Novoa se convirtió en figura para impedirlo. Dayro Moreno recibe un pase en el corazón del área y, de primera, saca un remate que ataja el arquero asegurador. El rebote lo tomó Vladimir Hernández, pero su disparo salió desviado. Ahí terminó todo.
Los bostezos se apoderaron de una hinchada inquieta e impotente ante tan pobre espectáculo. Al minuto 83, Junior tuvo la oportunidad de llevarse el compromiso, pero nuevamente Novoa se convirtió en figura para impedirlo. Dayro Moreno recibe un pase en el corazón del área y, de primera, saca un remate que ataja el arquero asegurador. El rebote lo tomó Vladimir Hernández, pero su disparo salió desviado. Ahí terminó todo.
Tanto
los jugadores como el técnico Alexis García se despidieron en medio de
rechiflas e insultos. La afición estalló y ayer, al unísono, gritó: “Que
se vayan todos, que no quede ni uno solo”, “Que se vayan todos, que no
quede ni uno solo”.
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